lunes, 29 de abril de 2024

PARADA Y REFLEXIÓN PRESIDENCIAL II

 

[Esta parte fue escrita también ayer 28.04.24, antes de concocerse la decisión de Pedro Sánchez. No la publiqué para no distraer la atención del primer dilema. Hoy el problema es otro].

 

Dada solución a la primera pregunta, obviamente surgen otras:

¿Cuál es el motivo real de esta carta?

Ahí la respuesta, a estas alturas es mucho menos obvia. Sólo podemos hablar de suposiciones. Pero la motivación sólo puede ser política. Las decisiones de tipo personal como la que arguye el Presidente, se toman en casa y sin publicidad, son íntimas, y sólo participan en ellas los más próximos. No se anuncia el proceso, sino la decisión,  si la hay.

Este tipo de amagos de renuncia generalmente se puede asociar al intento de provocar un cierre de filas en apoyo incuestionable al líder en momentos en que puede no tener todo el apoyo para sus políticas.

Por ejemplo, Felipe González no amagó, sino que dimitió como secretario general de PSOE porque no tenía apoyo para su estrategia política de abandono del marxismo. Una decisión arriesgada, mas también políticamente razonable al verse en minoría. Sus rivales en el partido no supieron gestionar la situación y en pocos meses, González volvió a la secretaría general aclamado por las bases, y se hizo con el control casi absoluto del partido.

En este caso, el sorprendente plazo de cinco días de reflexión parece obviamente obedecer al tiempo suficiente para provocar una oleada de adhesiones públicas y manifestaciones de sus partidarios que parezca que le hagan reconsiderar su decisión y, por amor a su pueblo, seguir asumiendo sus responsabilidades en el Gobierno. Así, las declaraciones masivas de dirigentes en apoyo del líder, de algún dirigente extranjero, y la manifestación multitudinaria de hoy ante la sede del PSOE en Madrid, coincidiendo, casualmente, con un Comité Federal del PSOE, que, aprovechando la circunstancia, será en abierto para todos los manifestantes, que podrán ver en pantallas gigantes instaladas al efecto, como todos y cada uno de los miembros del mismo, adulan sin rubor a su jefe.

Tiene la misiva presidencial también un punto similar al de líderes que intentan hacer que sus problemas y críticas personales se vean por sus seguidores como ataques a lo que representan (como el señor Pujol en el caso Banca Catalana, de responsabilidad obviamente personal, pero que consiguió que la ciudadanía catalana lo tomara como un ataque a Cataluña). En este caso, no es un ataque a él o su esposa, sino al Gobierno Progresista y la Democracia.

Podemos entonces ver claramente que el Presidente pretendía operar una reacción de apoyo total y absoluto hacia su persona dentro del PSOE y en sus aliados, cosa ya conseguida. Sólo nos falta intentar ver el fin de esta acción política.

No vemos desafección por parte de sus socios políticos y dentro de su partido, mínima, casi indetectable. Parece que necesite un apoyo social muy amplio entre los ciudadanos “progresistas”, es decir, no votantes de partidos de derecha, para llevar a cabo alguna iniciativa política más arriesgada.

Tampoco se ve que pueda tener una relación muy directa con el caso de su esposa, no creo que pueda intentar legislar algo que dificulte la publicación de nuevas informaciones, ni tampoco algo  que impida la presentación de más denuncias. Sí es probable que el juez en cuestión quede bastante intimidado por las manifestaciones populares, salvo que sea un activista de derechas muy convencido.

Sí llevará a las masas anti derechistas a exacerbar su odio al PP, VOX y la “galaxia de medios de la fachosfera” junto a los jueces que están en connivencia con ellos. Estos son los culpables públicos del “terrible acoso” al Presidente. Y recordemos que es acoso al Gobierno Progresista y la Democracia. Por tanto, el Gobierno debe tomar decisiones, como pedía una “opinadora” del grupo de Pablo Iglesias en RTVE.

No parece fácil que se intente ninguna actuación que limite la libertad de expresión, de momento. Tardarían poco los Tribunales en echarla abajo.

En cambio, he oído (a Juan Soto Ivars, entre otros) que podría intentar Sánchez modificar la ley para la elección del CGPJ, optar por la “vía Iglesias” y hacer que se elijan sus miembros por mayoría absoluta del Congreso. Sería un escándalo internacional, pero con las masas de partidarios hiper sensibilizadas, podría intentar defenderse. Así, habría obtenido un enorme beneficio del caso sin transcendencia de su esposa, ya que una mayoría clara en el CGPJ le permitiría nombrar de forma indirecta a una gran cantidad de jueces, especialmente en el Tribunal Supremo. Ese sí sería un gran resultado de este pequeño lío.

Resumiendo:

-          No hay motivos personales en el amago de renuncia

-          Pretende una adhesión de los ciudadanos anti derechistas

-          También la demostración de la confabulación de PP, VOX, medios de comunicación de extrema derecha (todos los que informen sobre su esposa) y algunos jueces derechistas para acabar con el gobierno progresista.

-          La solución: jueces afines nombrados por un nuevo CGPJ.

Y luego, con el control del Tribunal Constitucional y gran parte del Tribunal Supremo, ¿dónde está el límite?

Ese es el fin de la famosa pausa para reflexionar.

También podemos analizar si la campaña que denuncia el Presidente de la conjura de partidos de derecha, fachosfera y poder judicial es creíble o no.

O intentar avanzar las nuevas legislaciones que pueda admitir el nuevo Supremo y el actual Constitucional.

En próximas entregas…

domingo, 28 de abril de 2024

PARADA Y REFLEXIÓN PRESIDENCIAL

 

El pasado 24 de abril de 2024, hace hoy tres días, el Presidente del Gobierno de España, Don Pedro Sánchez Pérez-Castejón, publicó en la red social “X” una “Carta a la ciudadanía”. En ella informa de que tomará una pausa en sus actividades públicas para reflexionar si debe seguir en el puesto que ostenta o retirarse.

La pregunta que cabe hacerse inmediatamente es qué decisión tomará el Presidente, si seguirá adelante con su carrera política o la abandonará este lunes. Debemos analizar su carta desde un punto de vista racional para hacer una conjetura sólida.

La razón que expone el señor Sánchez para estar sopesando una renuncia es la admisión a trámite en un juzgado de Madrid de una denuncia contra su esposa, Doña María Begoña Gómez Fernández, por tráfico de influencias y corrupción en los negocios. Según nos informa el Presidente, este es un hecho de una gravedad tan inusitada, que le mueve a pensar en dejar la política para no seguir soportando estos ataques contra él y su familia.

Analicemos el hecho: ¿la presentación de una querella en un juzgado por una asociación privada contra el cónyuge es un hecho de tan grave importancia como para acabar con la carrera política de alguien? No lo parece. Sería distinto si la esposa del Presidente hubiera recibido una agresión o intento de agresión física, si hubiera una continuación en insultos gravísimos de forma pública, amenazas físicas, intromisión en temas privados muy personales… Ahí una persona puede encontrar sus límites y hacer una reflexión como la que el Presidente comparte.

En este caso, no hay ninguna agresión. La señora Gómez puede ser denunciada en un juzgado como cualquiera de nosotros. Y tiene los mismos derechos a la defensa. También, seguramente, mejores oportunidades de salir sin problemas de una causa judicial, pues dispondrá de medios económicos para sufragarse una defensa de gran categoría, por no mencionar el interés demostrado ya por la fiscalía, que se ha opuesto ya a la continuación del proceso. No se ve la ofensa ni el daño. Quizá sí a su reputación, pero es algo bastante común en personajes públicos y la esposa del Presidente lo es, por su relación con él y porque ella no ha optado por una vida alejada de los focos como alguna de sus predecesoras, las esposas de Rajoy y Zapatero, y está en su perfecto derecho de hacerlo, por supuesto.

Si podemos descartar el terrible e insoportable daño moral que aduce el Presidente en su misiva, quizá podamos colegir, sin margen de error, que continuará sin mayores alteraciones en su cargo el lunes. No hay razón que podamos advertir para lo contrario.

Sólo podría darse una renuncia por motivos basados en hechos que no conocemos, sobre los que no se puede más que especular. Con los datos que tenemos, podemos estar firmemente convencidos de que el Presidente lo seguirá siendo.