lunes, 29 de abril de 2024

PARADA Y REFLEXIÓN PRESIDENCIAL II

 

[Esta parte fue escrita también ayer 28.04.24, antes de concocerse la decisión de Pedro Sánchez. No la publiqué para no distraer la atención del primer dilema. Hoy el problema es otro].

 

Dada solución a la primera pregunta, obviamente surgen otras:

¿Cuál es el motivo real de esta carta?

Ahí la respuesta, a estas alturas es mucho menos obvia. Sólo podemos hablar de suposiciones. Pero la motivación sólo puede ser política. Las decisiones de tipo personal como la que arguye el Presidente, se toman en casa y sin publicidad, son íntimas, y sólo participan en ellas los más próximos. No se anuncia el proceso, sino la decisión,  si la hay.

Este tipo de amagos de renuncia generalmente se puede asociar al intento de provocar un cierre de filas en apoyo incuestionable al líder en momentos en que puede no tener todo el apoyo para sus políticas.

Por ejemplo, Felipe González no amagó, sino que dimitió como secretario general de PSOE porque no tenía apoyo para su estrategia política de abandono del marxismo. Una decisión arriesgada, mas también políticamente razonable al verse en minoría. Sus rivales en el partido no supieron gestionar la situación y en pocos meses, González volvió a la secretaría general aclamado por las bases, y se hizo con el control casi absoluto del partido.

En este caso, el sorprendente plazo de cinco días de reflexión parece obviamente obedecer al tiempo suficiente para provocar una oleada de adhesiones públicas y manifestaciones de sus partidarios que parezca que le hagan reconsiderar su decisión y, por amor a su pueblo, seguir asumiendo sus responsabilidades en el Gobierno. Así, las declaraciones masivas de dirigentes en apoyo del líder, de algún dirigente extranjero, y la manifestación multitudinaria de hoy ante la sede del PSOE en Madrid, coincidiendo, casualmente, con un Comité Federal del PSOE, que, aprovechando la circunstancia, será en abierto para todos los manifestantes, que podrán ver en pantallas gigantes instaladas al efecto, como todos y cada uno de los miembros del mismo, adulan sin rubor a su jefe.

Tiene la misiva presidencial también un punto similar al de líderes que intentan hacer que sus problemas y críticas personales se vean por sus seguidores como ataques a lo que representan (como el señor Pujol en el caso Banca Catalana, de responsabilidad obviamente personal, pero que consiguió que la ciudadanía catalana lo tomara como un ataque a Cataluña). En este caso, no es un ataque a él o su esposa, sino al Gobierno Progresista y la Democracia.

Podemos entonces ver claramente que el Presidente pretendía operar una reacción de apoyo total y absoluto hacia su persona dentro del PSOE y en sus aliados, cosa ya conseguida. Sólo nos falta intentar ver el fin de esta acción política.

No vemos desafección por parte de sus socios políticos y dentro de su partido, mínima, casi indetectable. Parece que necesite un apoyo social muy amplio entre los ciudadanos “progresistas”, es decir, no votantes de partidos de derecha, para llevar a cabo alguna iniciativa política más arriesgada.

Tampoco se ve que pueda tener una relación muy directa con el caso de su esposa, no creo que pueda intentar legislar algo que dificulte la publicación de nuevas informaciones, ni tampoco algo  que impida la presentación de más denuncias. Sí es probable que el juez en cuestión quede bastante intimidado por las manifestaciones populares, salvo que sea un activista de derechas muy convencido.

Sí llevará a las masas anti derechistas a exacerbar su odio al PP, VOX y la “galaxia de medios de la fachosfera” junto a los jueces que están en connivencia con ellos. Estos son los culpables públicos del “terrible acoso” al Presidente. Y recordemos que es acoso al Gobierno Progresista y la Democracia. Por tanto, el Gobierno debe tomar decisiones, como pedía una “opinadora” del grupo de Pablo Iglesias en RTVE.

No parece fácil que se intente ninguna actuación que limite la libertad de expresión, de momento. Tardarían poco los Tribunales en echarla abajo.

En cambio, he oído (a Juan Soto Ivars, entre otros) que podría intentar Sánchez modificar la ley para la elección del CGPJ, optar por la “vía Iglesias” y hacer que se elijan sus miembros por mayoría absoluta del Congreso. Sería un escándalo internacional, pero con las masas de partidarios hiper sensibilizadas, podría intentar defenderse. Así, habría obtenido un enorme beneficio del caso sin transcendencia de su esposa, ya que una mayoría clara en el CGPJ le permitiría nombrar de forma indirecta a una gran cantidad de jueces, especialmente en el Tribunal Supremo. Ese sí sería un gran resultado de este pequeño lío.

Resumiendo:

-          No hay motivos personales en el amago de renuncia

-          Pretende una adhesión de los ciudadanos anti derechistas

-          También la demostración de la confabulación de PP, VOX, medios de comunicación de extrema derecha (todos los que informen sobre su esposa) y algunos jueces derechistas para acabar con el gobierno progresista.

-          La solución: jueces afines nombrados por un nuevo CGPJ.

Y luego, con el control del Tribunal Constitucional y gran parte del Tribunal Supremo, ¿dónde está el límite?

Ese es el fin de la famosa pausa para reflexionar.

También podemos analizar si la campaña que denuncia el Presidente de la conjura de partidos de derecha, fachosfera y poder judicial es creíble o no.

O intentar avanzar las nuevas legislaciones que pueda admitir el nuevo Supremo y el actual Constitucional.

En próximas entregas…

domingo, 28 de abril de 2024

PARADA Y REFLEXIÓN PRESIDENCIAL

 

El pasado 24 de abril de 2024, hace hoy tres días, el Presidente del Gobierno de España, Don Pedro Sánchez Pérez-Castejón, publicó en la red social “X” una “Carta a la ciudadanía”. En ella informa de que tomará una pausa en sus actividades públicas para reflexionar si debe seguir en el puesto que ostenta o retirarse.

La pregunta que cabe hacerse inmediatamente es qué decisión tomará el Presidente, si seguirá adelante con su carrera política o la abandonará este lunes. Debemos analizar su carta desde un punto de vista racional para hacer una conjetura sólida.

La razón que expone el señor Sánchez para estar sopesando una renuncia es la admisión a trámite en un juzgado de Madrid de una denuncia contra su esposa, Doña María Begoña Gómez Fernández, por tráfico de influencias y corrupción en los negocios. Según nos informa el Presidente, este es un hecho de una gravedad tan inusitada, que le mueve a pensar en dejar la política para no seguir soportando estos ataques contra él y su familia.

Analicemos el hecho: ¿la presentación de una querella en un juzgado por una asociación privada contra el cónyuge es un hecho de tan grave importancia como para acabar con la carrera política de alguien? No lo parece. Sería distinto si la esposa del Presidente hubiera recibido una agresión o intento de agresión física, si hubiera una continuación en insultos gravísimos de forma pública, amenazas físicas, intromisión en temas privados muy personales… Ahí una persona puede encontrar sus límites y hacer una reflexión como la que el Presidente comparte.

En este caso, no hay ninguna agresión. La señora Gómez puede ser denunciada en un juzgado como cualquiera de nosotros. Y tiene los mismos derechos a la defensa. También, seguramente, mejores oportunidades de salir sin problemas de una causa judicial, pues dispondrá de medios económicos para sufragarse una defensa de gran categoría, por no mencionar el interés demostrado ya por la fiscalía, que se ha opuesto ya a la continuación del proceso. No se ve la ofensa ni el daño. Quizá sí a su reputación, pero es algo bastante común en personajes públicos y la esposa del Presidente lo es, por su relación con él y porque ella no ha optado por una vida alejada de los focos como alguna de sus predecesoras, las esposas de Rajoy y Zapatero, y está en su perfecto derecho de hacerlo, por supuesto.

Si podemos descartar el terrible e insoportable daño moral que aduce el Presidente en su misiva, quizá podamos colegir, sin margen de error, que continuará sin mayores alteraciones en su cargo el lunes. No hay razón que podamos advertir para lo contrario.

Sólo podría darse una renuncia por motivos basados en hechos que no conocemos, sobre los que no se puede más que especular. Con los datos que tenemos, podemos estar firmemente convencidos de que el Presidente lo seguirá siendo.

viernes, 11 de mayo de 2018

BARÓMETRO CIS

Anteayer se hicieron públicas los datos del barómetro del CIS de abril 2018. En cuanto a la estimación de intención de voto, resulta extremadamente llamativa la primera posición del Partido Popular tras un mes de encuestas muy desfavorables.

Revisando un dato primario de la encuesta, encontramos la intención directa de voto, la manifestación de los encuestados de cuál sería el partido por el que votarían si hubiera elecciones. Ahí se destaca notablemente Ciudadanos en el primer puesto mientras PP, PSOE y Podemos se muestran un escalón más abajo.

Las encuestas toman unos datos que obtienen de las respuestas de los ciudadanos y con ellas, teniendo en cuenta diversos factores, hacen un pronóstico de cuál sería el resultado en las urnas.
Desconozco completamente las técnicas sociológicas, pero entiendo que debe haber una relación directa entre los datos brutos y las estimaciones. Entre unos y otros están los procedimientos de la organización que hace la estimación. Los economistas, que entendemos poco de cómo funciona la realidad (pero solemos reconocerlo), utilizamos habitualmente números que representan sintéticamente procesos. Presentaremos un análisis somero de los datos que ofrece esta encuesta del CIS en su predicción de resultados electorales para ver si podemos extraer alguna conclusión relevante.

En primer lugar, presentamos las tablas de voto directo y las estimaciones del CIS desde octubre de 2016:

Voto Directo en encuesta
Barómetro CIS abril de 2018 Barometro CIS enero 2018 Barometro CIS octubre 2017 Barometro CIS julio 2017
Barómetro CIS abril 2017
Barómetro CIS octubre 2016 Barómetro CIS octubre 2016
PP 12,1 15,5 16,5 17,1 18,5 20,7 19,6
PSOE 13,5 15,9 16,2 19,1 13,4 12,7 12,3
Unidos Podemos 11,3 10,6 11 14,2 14,1 15 15,8
Ciudadanos 16,1 15,7 11,3 9,2 9,2 8 8,2
Estimación de % de voto CIS
Barómetro CIS abril de 2018 Barometro CIS enero 2018 Barometro CIS octubre 2017 Barometro CIS julio 2017
Barómetro CIS abril 2017
Barómetro CIS octubre 2016 Barómetro CIS octubre 2016
PP 24,0 26,3 28,0 28,8 31,5 33,0 34,5
PSOE 22,0 23,1 24,2 24,9 19,9 18,6 17,0
Unidos Podemos 19,6 19,0 18,5 20,3 19,7 21,7 21,8
Ciudadanos 22,4 20,7 17,5 14,5 14,9 12,4 12,8


Se puede apreciar que el CIS entiende que por cada voto que se explicita debe haber una cantidad de votantes que no manifiestan su preferencia, pero que acabarán votando a un partido. Así, por ejemplo, el PSOE obtiene en el último barómetro un 13,5% de voto directo y se corresponde con una estimación de voto del 22%. Podemos tabular esta diferencia, cuántos puntos aumenta la estimación sobre el voto declarado:

Estimación CIS - Voto directo
Barómetro CIS abril de 2018 Barometro CIS enero 2018 Barometro CIS octubre 2017 Barometro CIS julio 2017
Barómetro CIS abril 2017
Barómetro CIS octubre 2016 Barómetro CIS octubre 2016
PP 11,9 10,8 11,5 11,7 13,0 12,3 14,9
PSOE 8,5 7,2 8,0 5,8 6,5 5,9 4,7
Unidos Podemos 8,3 8,4 7,5 6,1 5,6 6,7 6,0
Ciudadanos 6,3 5,0 6,2 5,3 5,7 4,4 4,6


Vemos que el PP en las últimas estimaciones se le suman unos 11 puntos más, PSOE y Unidos Podemos alrededor de 8 y Ciudadanos 5-6.
Quizá tenga mayor interés si pensamos en estas cifras en porcentaje de incremento sobre el voto declarado:

Estimación CIS - Voto directo en porcentaje
Barómetro CIS abril de 2018 Barometro CIS enero 2018 Barometro CIS octubre 2017 Barometro CIS julio 2017
Barómetro CIS abril 2017
Barómetro CIS octubre 2016 Barómetro CIS octubre 2016
PP 98% 70% 70% 68% 70% 59% 76%
PSOE 63% 45% 49% 30% 49% 46% 38%
Unidos Podemos 73% 79% 68% 43% 40% 45% 38%
Ciudadanos 39% 32% 55% 58% 62% 55% 56%

Aquí se ven cambios mayores: el incremento del ajuste del PP pasa de un 70% a un 98%. El del PSOE, de un 45% a un 63%. Unidos Podemos, más o menos estable. Ciudadanos, en las últimas dos encuestas ha bajado del entorno del 55-60% al 30-40%.

Un economista pensaría, seguramente, en un número que diera la información concentrada de cómo se trasladan los datos brutos de la encuesta a la estimación. Un multiplicador del voto directo:

Multiplicador CIS del Voto directo
Barómetro CIS abril de 2018 Barometro CIS enero 2018 Barometro CIS octubre 2017 Barometro CIS julio 2017
Barómetro CIS abril 2017
Barómetro CIS octubre 2016 Barómetro CIS octubre 2016
PP 1,98 1,70 1,70 1,68 1,70 1,59 1,76
PSOE 1,63 1,45 1,49 1,30 1,49 1,46 1,38
Unidos Podemos 1,73 1,79 1,68 1,43 1,40 1,45 1,38
Ciudadanos 1,39 1,32 1,55 1,58 1,62 1,55 1,56



Es como la tabla anterior, pero sirve directamente para hallar la estimación partiendo de los datos de la encuesta. Y se observan con claridad las perturbaciones que señalábamos.

Podemos aún concentrarnos en comparar PP y Ciudadanos, que son los que han obtenido unos resultados más dispares en esta encuesta en relación a las anteriores publicadas por medios privados, en que el partido naranja lideraba claramente. Gráficamente: 




Las tendencias de ambos gráficos son muy similares, a la baja el PP, al alza Ciudadanos. La diferencia es que en voto directo, opiniones libremente expresadas, Ciudadanos ha superado ampliamente al PP, como en las encuestas privadas, mientras que en las estimaciones, debidamente procesadas en el organismo oficial, el PP se mantiene por delante.

No cabe duda de que no poseemos los conocimientos técnicos necesarios para valorar el trabajo de estimación del CIS. Nuestra aproximación carece de valor científico.

Pero si desde el partido del Gobierno se hubiera podido soñar con unos resultados de esta encuesta, seguro que hubieran sido como estos, dada la situación de caída que venían reflejando todas las encuestas. Un balón de oxígeno justo a tiempo.

viernes, 9 de febrero de 2018

CAMPOS DE NABOS CIS

La pasada semana se celebró en Madrid la gala anual de la academia cinematográfica española para entregar los premios Goya. Desde hace años, los participantes suelen aprovechar esta celebración para llevar a cabo alguna reivindicación, desde la muy resonante del año 2003 con el “No a la guerra” como eslogan contra la participación de España en la II Guerra de Irak.

Este año, el tema era la reivindicación del papel de las mujeres y la denuncia de casos de abusos de índole sexual.

Bien.

Durante la gala se entrevista a una de las asistentes, la actriz y directora Leticia Dolera. Su frase más destacada, en referencia a los presentadores fue: “Os está quedando un campo de nabos feminista precioso”. A la mañana siguiente, ante las críticas recibidas, se disculpó explicando que “En la gala de ayer, el chiste de 'el campo de nabos' hacía referencia a los hombres cis que presentaban, escribían y dirigían. No pensé en que a su vez invisibilizaba a las mujeres que tienen pene”.

Empiezo por la disculpa. Creo que describe con bastante precisión el mundo en el que habitan la señora Dolera y sus compañeros de lucha. Utiliza expresiones con un significado poco habitual para el resto de los mortales, precisamente para hacer notar lo que le resulta de interés (visibilizar). Por un lado, hay “mujeres que tienen pene”, lo que me perturba bastante porque dejo de entender qué es una mujer, y hay “hombres cis”, que, en mi poco santa ignorancia, pensé, primero que “cis” era algún tipo de errata, después, que me sigue sonando a sociólogo estatal. Pero no, son “hombres cuya identidad de género y género coinciden”, según la Wikipedia. Antes conocidos como “hombres”.

No soy capaz de hacer mejor comentario que la reproducción de uno de los diálogos de la brillante película del grupo Monthy Python, “La Vida de Brian”, donde uno de los miembros (con perdón) del revolucionario y anti-imperialista “Frente Popular de Judea” pone el tema de su sexualidad encima de la mesa:

STAN.- Quiero ser una mujer.
FRANCIS.- ¿Qué?
STAN.- Quiero ser una mujer. Desde ahora quiero que me llaméis Loretta.
JUDITH.- ¿Por qué quieres ser Loretta?
STAN.- Es que yo quiero ser madre.
REG.- Tú no puedes parir.
STAN.- ¡No me oprimas!
REG.-No es que te oprima, Stan. Es que no tienes matriz. ¿Dónde vas a gestar el feto, en un baúl?
JUDITH.- Tengo una idea. Es verdad que él no puede parir, lo que no es culpa de nadie, ni siquiera de los romanos, pero sí puede tener derecho a parir. Aunque no tenga matriz, tiene derecho a ser madre.
FRANCIS.- Nosotros tenemos que reivindicar ese derecho. Es un símbolo de nuestra lucha contra la opresión.
REG.- Es un símbolo de tu lucha contra la realidad.

Hace unos cuantos años, la gente de todos los lugares e ideologías e reía abiertamente con este diálogo. Ahora supongo que será tachado de machista, heteropatriarcal y, en suma, fascista.

Sobre el comentario primigenio, sí deseaba hacer alguna consideración.

La lucha feminista que está desplegándose en estos últimos tiempos parece que toma unos derroteros decididamente contrarios a la igualdad, que siempre pareció su causa principal y que debe tener un merecido e inexcusable apoyo. Ahora me da la impresión de que la lucha es contra los hombres heterosexuales en general, con ánimo de cambiar las tornas. No se trata de que los hombres heterosexuales cambien sus comportamientos por otros “feministamente” aceptados, no sólo eso, sino que tanto mujeres como colectivos LGTBI pasen a tomar el papel que aquellos tenían, en similares términos.

La ofensa parece que sólo puede provenir desde el lado masculino hetero (hombres cis, según hemos aprendido), pero similares comportamientos desde otros colectivos no sólo no se evitan sino que se jalean, como forma de liberación. Es la igualación por la imitación de comportamientos abusivos y ofensivos.

Hace escasas fechas, un presentador (heterosexual, casado, con hijos) de un popular concurso televisivo era persistentemente requebrado por un concursante, manifiestamente homosexual, pasando desde el piropo a la proposición sexual. Grandes risas y chanzas.

Este famoso presentador, que soportó de buen grado y rió la gracia del concursante, tuvo la mala idea de decir en la gala de los Goya que le parecía que no era el lugar para las reivindicaciones feministas, sino para hablar de cine. De “machista” no han bajado los calificativos.

Del mismo modo, la señora Dolera encuentra muy simpático, un chiste, referirse a los presentadores de la gala en cuestión como “campo de nabos”. La monda.

Es también bastante común que las señoras con más ansias por demostrar su feminismo activo mantengan conversaciones enjuiciando a sus compañeros de trabajo, conocidos, visitantes, etc., con un lenguaje y expresiones que nada tienen que envidiar a las de una reunión de los más soeces, machistas y estereotipados trabajadores de la construcción que imaginemos.

Son ejemplos recientes sobre un hecho ampliamente extendido. Los comportamientos de los hombres heterosexuales se analizan con un escrúpulo infinito, hasta lo ridículo, mientras los colectivos presuntamente sometidos por ellos son libres de ofender, acosar y despotricar siempre que se refieran a los referidos hombres cis.

La señora Dolera pide disculpas por “invisibilizar a las mujeres con pene” por su comentario. Pero le parece muy adecuado referirse al resto de portadores de vergas con ese calificativo.

Me parece que lo adecuado para saber si una conducta es apropiada desde un punto de vista de género sería cambiarle el mismo y meditar sobre el efecto que nos causaría.

Si un concursante de televisión masculino se atreviera a hacerle proposiciones de índole sexual a una presentadora, no sólo nos sonrojaría, sino que el tipo tendría unas altas probabilidades de acabar en comisaría.

Si un actor tuviera el atrevimiento de referirse a un colectivo de mujeres como “montón de chochos”, pongo por caso, su mejor opción sería el abandono urgente del país para evitar la extirpación pública y traumática de sus órganos sexuales.

¿Por qué se acepta en caso contrario?

Es absolutamente apropiado y encomiable luchar por el trato justo y respetuoso de hombres a mujeres y otros colectivos con distintas sensibilidades de género, todos debemos contribuir. Pero no es de recibo que se repitan esos mismos comportamientos ofensivos en sentido contrario. Luchemos por la igualdad y el respeto, no por el cambio de rol entre sujetos y objetos de las ofensas.




domingo, 21 de mayo de 2017

ANÁLISIS PRIMARIO


Lo consiguió. Pedro Sánchez ha vuelto a Ferraz. Como cuando César cruzó el Rubicón y derrotó a Pompeyo, provocando el terror entre los senadores y demás enemigos políticos, así los cuadros y dirigentes del socialismo patrio tiemblan o ponen pies en polvorosa, como ya ha hecho, rápido como el viento, Hernando, el portavoz en el Congreso capaz de defender la política de Sánchez cuando era líder, tanto como luego la de la gestora que le sustituyó. Le espera un escaño magnífico en la parte alta de la sala, invisible, acabado, a la espera de la nada.

Ha sido una gran victoria, a qué negarlo. Pedro contra el mundo. Más que César es Bonaparte, imponiéndose en solitario, a pecho descubierto a las élites y basando la fuente de su poder, su legitimidad, directamente en el pueblo. El PSOE pasa a ser una organización donde las bases, tienen todo el poder a fin de entregárselo a un líder único. Y de este emanan los demás poderes del partido. Nadie salvo el líder tiene la legitimidad de origen. Nadie puede oponérsele sin ser descalificado por oponerse al dictamen infalible del pueblo.

La democracia no sólo consiste en votar, sino en las reglas e instituciones. En el PSOE, la democracia (relativa) ha sido sustituida por el cesarismo, la dictadura de uno elegido por la asamblea, la masa voluble y emotiva antes que racional.

Lo que nos espera es un congreso donde el vencedor impondrá a los que le han apoyado y sus políticas y, progresivamente, tratará de hacerse con el poder regional, hoy básicamente en manos de sus enemigos. Puede hacerlo con los más díscolos como lo hizo con Tomás Gómez en Madrid, disolviendo ejecutivas e imponiendo gestoras a su criterio. Se avecinan tiempos muy movidos en el PSOE. Tampoco olvidemos que se ha elegido secretario general, no candidato electoral.
Eso en el ámbito interno del partido. Cara al exterior, el asunto es más grave.

La prioridad de Sánchez es poner en marcha su programa: derribar a Rajoy a cualquier precio. El primer paso, es muy probable que sea presionar al coaligado canario para que no apoye los presupuestos del gobierno. Rajoy puede convocar nuevas elecciones, pero eso a Pedro puede resultarle indiferente, puede considerar que la composición del Congreso podría variar de forma que el PP no tenga posibilidades de gobernar. O puede que, simplemente, cumpla su promesa y se dé un tiro en el pie, yendo a unas elecciones en que empeore el resultado de su partido.

Otra variante, incluso más peligrosa, sería que buscara un pacto con Podemos y los separatistas catalanes para deponer a Rajoy con una moción de censura. Si lo consiguiera, el gobierno resultante no podría garantizar, ni mucho menos, unos resultados económicos como los actuales, poniendo en dificultad nuestra posición ante nuestros socios en la UE. Por otro lado, no sería descartable la convocatoria del famoso referéndum para la independencia de Cataluña, lo que ocasionaría casi insolubles problemas de legalidad y resultaría desestabilizador para nuestra convivencia, pues hay sectores sociales que nunca permitirían la separación de una parte del país. Hay circunstancias que parecen ser parte del pasado, pero pueden volver a suceder, y es justamente lo peor que nos podría pasar, en el que puede ser el momento de máximo desarrollo y bienestar de nuestra historia.

Antes de los previsibles desastres de un gobierno Sánchez-Podemos-Independentistas, parece improbable que no estalle el propio partido socialista donde muchos diputados no votarían a favor de medidas disgregadoras.

En resumen, salvo que impere la cordura y racionalidad tanto por parte del omnipotente líder como de la dura oposición institucional del partido, circunstancia que no hemos vislumbrado ni por un solo momento en estos meses, la tendencia que parece inevitable es hacia la disgregación del PSOE y la desestabilización del país, tanto desde el punto de vista económico como del político.


Por último, de nuevo, recordar a Napoleón: tras su abdicación como emperador fue desterrado a la isla de Elba, pero escapó, volvió a Francia y recuperó el poder, aclamado por su ejército y el pueblo. Cien días hasta Waterloo.

domingo, 12 de marzo de 2017

UNO DE LOS NUESTROS (GOODFELLAS)


Desde la magnífica “El Padrino” de Coppola, el cine nos ha brindado la oportunidad de conocer los entresijos de la mafia americana, ver cuáles son sus códigos “éticos”, vitales para estos sujetos, como el respeto o la importancia de la familia. Muchas buenas películas, alguna serie ya de culto, aunque también bastantes películas flojas, que no todo el monte es orégano.

Un excelente título es “Uno de los nuestros”, aunque no se corresponde muy exactamente con el original, algo así como “Buenos colegas”. La traducción en España da una clave que define este mundo: la importancia de la pertenencia al grupo, a la familia. Lo realmente crucial en sus vidas es la defensa de los suyos contra el resto, el mantenimiento del alma del clan.

Los jefes de las familias cuidan de sus chicos, que no tienen que temer por mucho que se desmanden y violen las leyes, siempre que sigan las directrices de los jefes, claro. Y siempre que no sean un estorbo para ellos, en cuyo caso es muy probable que sean liquidados directamente por los suyos. Mientras estés con la familia no son las leyes las que guían tu vida, son las instrucciones de tus jefes. Ellos ya se ocuparán si hay algún problema con la policía o los jueces.

Y, claro, los jefes tienen sus “capos”, los jefes de pelotón en el territorio que controlan, dignidad a la que se asciende por la obediencia y las capacidades ejecutivas (nunca mejor dicho) demostradas. Estos son los que controlan las zonas de las ciudades con sus “soldados”, quienes también seguirán sus instrucciones ciegamente, como en un ejército.

Por último, señalar que los jefes no dan nunca órdenes directas a soldados. Siempre hay personas de la mayor confianza, generalmente capos, que reciben las órdenes, con la seguridad de que nunca testificarán contra sus superiores. Y así se evita que un soldado se vaya de la lengua e inculpe a los generales. Las instrucciones, además, se dan siempre sin presencia de testigos.

Tengo un cierto aprecio por la figura de Mariano Rajoy. Siempre he preferido (bueno, quizá desde que cumplí los dieciocho años, más o menos, antes era más alocado) a las personas que reflexionan y son prudentes en sus decisiones a las atrevidas e impetuosas, que alternan momentos de esplendor con enormes catástrofes.

No obstante, desde hace algún tiempo, soy del parecer de que su época pasó. No puede dejar de estar impregnado por la cultura antigua de su partido, muy del tipo “Uno de los nuestros”.

El caso del Presidente de la Comunidad Murciana es paradigmático: independientemente de si es culpable o inocente, que para eso quedan los jueces, Rajoy tiene un pacto firmado con su socio “preferencial”, como suele calificar al partido “Ciudadanos”, donde se estipula, equivocadamente o no, que los cargos públicos deben dimitir o ser cesados si son categorizados por un juez como imputados (ahora, con el cambio de denominación en la ley, la denominación es “investigados”).
En este caso, Rajoy aplica sin duda la doctrina “Uno de los nuestros”: no podemos dejarle caer porque es nuestro y lo hace muy bien para el partido. ¿No hay nadie más en el PP que pueda asumir el cargo sin estar investigado?, preguntan con ingenuidad los del partido naranja. No comprenden el asunto. No es que no pueda haber otro, es que es Pedro Antonio Sánchez, el jefe regional, quien tiene el mando y quien consigue votos para el partido. La dirección nacional no deja caer a uno de los suyos porque sí. O porque hayan dado su palabra. Lo importante es la pertenencia al grupo.

Y no sólo se evitan dimisiones con los argumentos más peregrinos, por lo que podemos intuir o sospechar, se intenta que las pesquisas sobre ellos queden al menos entorpecidas, si no anuladas. Acaban de cambiar, entre otros, al fiscal jefe de Murcia, perseguidor del investigado Presidente de la Comunidad. Por casualidad.

Sólo cuando el capo ya no tiene valor, está quemado,  y su caída es de la máxima relevancia inmediata para el jefe, se lo decapita sin remordimientos: verbigracia, Rita Barberá.

No podemos olvidar tampoco, por desgracia, el famoso SMS del Presidente del Gobierno y del PP a su extesorero, de nombre impronunciable después para él, Bárcenas: “Luis, sé fuerte”. En el mejor estilo “El Padrino”, resiste, no confieses, no nos delates y cuidaremos de ti y de los tuyos. Lo que no tuvo en cuenta es que el jefe no debe dar órdenes con testigos a sus capos, mucho menos por escrito, y un SMS deja rastro.

Es muy triste, pero los comportamientos de la vieja cúpula del PP, empezando por su presidente, como se puede comprobar, tienden a parecerse más a los de un grupo mafioso, es decir, dedicado al medro del grupo y a garantizar la protección e impunidad de sus miembros, que a unos políticos que tratan de gestionar la cosa pública de la mejor manera posible para la comunidad.


Queda comprobado que no se puede reconducir a los viejos dirigentes, que siguen anclados en los antiguos valores de defensa del grupo contra la Ley, como intentaron Ciudadanos con sus famosas condiciones previas a cualquier pacto. Hasta que no haya un relevo generacional en el PP, no hay esperanza de cambio de actitud contra la corrupción de los amigos. Quizá esa esperanza tenga nombre de mujer (aunque no, desde luego el apellido Aguirre).

jueves, 9 de marzo de 2017

LA DESVEGÜENZA


Nos enteramos días atrás de que el presidente de la comunidad autónoma de Murcia, Pedro (Antonio) Sánchez (a qué me recuerda este nombre) iba a declarar en el juzgado como investigado por un asunto que viene de sus tiempos de alcalde en un pueblecito de la región.

Como todos recordamos, pues ha habido ya famosos precedentes en los casos de Griñán y Chaves en Andalucía (gobierno PSOE, como siempre allí) y Rita Barberá, exsenadora del PP, hay un punto del famoso pacto entre PP y Ciudadanos  por el que se comprometen a que cualquier cargo público imputado por un caso de corrupción, se vea obligado a dejar su puesto de inmediato. Textualmente:

“93. El Partido Popular y Ciudadanos se comprometen a la separación inmediata de los cargos públicos que hayan sido imputados formalmente o encausados por delitos de corrupción, hasta la resolución definitiva del procedimiento judicial. Asimismo, se comprometen a que las personas que se encuentren en dicha situación no puedan ser incorporadas en las candidaturas electorales ni ser nombrados para desempeñar cargos públicos.”

El portavoz del PP señor Maíllo declara que el pacto con Ciudadanos lo firmaron porque eran “lentejas”. Así nos informa de que firmaron los documentos que les pusieron por delante para conseguir los votos del partido centrista cara a poder presentarse a la investidura con una mayoría visible y conseguir el gobierno, pero no con la intención de cumplirlo. Maquiavelo hubiera aprobado, alborozado, esta determinación.

Innumerables son las manifestaciones de cargos populares en diferentes sentidos, pero todos en la misma dirección: Sánchez, como el otro, no dimite. A pesar de que hubiera firmado un pacto similar en su acuerdo de investidura. A pesar de que podemos ver una y otra vez en televisión al mismo sujeto declarando que si es imputado, se irá antes de que se lo pidan.

Más allá del absurdo de la argumentación, por llamar así a lo que son simplemente excusas de mal pagador, de los portavoces del partido del gobierno, (es que no está imputado, es que no es imputación formal, es que es un error administrativo, no es corrupción, es que es una decisión personal del presidente, es que sólo se irá si se le abre juicio oral, es que se viola la presunción de inocencia…), lo interesante del caso es poner de manifiesto la voluntad inequívoca de los dirigentes del Partido Popular de incumplir los pactos que han firmado.

Los dirigentes políticos no pueden cumplir sus programas electorales. No pueden pasar de ser una declaración de intenciones, el rumbo previsto a tomar, pero nadie puede prever las circunstancias que surgirán en los siguientes años, que podrán hacer más o menos factibles muchas de las medidas prometidas. Los electores juzgarán en la siguiente convocatoria.

No es lo mismo cuando se firma un pacto de gobierno, de investidura o similar con otra formación. Los compromisos son claros y se es deudor del otro, que, caso de no ver cumplidos los acuerdos, puede abandonar a su socio con todo el derecho.

Aquí se da un manifiesto abuso por los dirigentes del PP, empezando por su Presidente, que demuestran algo imperdonable: mala fe. No es que por circunstancias imprevisibles no puedan llevar adelante sus compromisos, es que tienen la firme voluntad de no hacerlo y, aún peor, no tuvieron ninguna intención de ajustarse a los compromisos cuando los firmaron.

¿Qué se puede hacer con gente de semejante jaez? Desde luego, Ciudadanos no puede hacer caer a este gobierno, pues quien lo sostiene de facto es el PSOE. Su única opción es denunciar los incumplimientos ante la opinión pública, de la forma más contundente y pertinaz posible y esperar a que el mensaje cale en los militantes y el electorado popular el mensaje de que no se puede apoyar a un partido donde los dirigentes carecen de vergüenza.

Puede ser que no consigan nada y que, además, en una nueva convocatoria electoral, puedan perder fuerza ante la maquinaria propagandística popular, que ya ha comenzado a torcer los hechos y a acusar a su socio de deslealtad. Aunque reputen a Ciudadanos de “partido del IBEX”, no se ha vista nunca una formación política con menos apoyo mediático y tanta opinión desfavorable (inequívoca señal de que molestan a todos, buen indicio de estar en la senda correcta).

Pero no podemos perder la esperanza de que los comportamientos deshonestos no queden sin castigo y que los electores o los militantes del PP no se conformen con estos dirigentes de otros tiempos y vuelvan sus miradas a otros que no estén contaminados por el deshonor. Cifuentes mantiene su pacto con Ciudadanos, y las dos mujeres más poderosas del PP no han hecho una sola manifestación sobre este asunto, Sáez de Santamaría y Cospedal.


Una vez más, debemos señalar que el tiempo de Mariano Rajoy ha pasado. Va a ser que el otros Sánchez tenía razón…